Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Centro de Investigación de Neurociencias

Se dispone una cuadrícula de placas de suelo modulares en un sistema que maximiza la flexibilidad de la planificación de los laboratorios y la futura expansión del emplazamiento.

El diseño de Viñoly para el nuevo Centro de Investigación de Neurociencias John Edward Porter reúne a investigadores de neurociencias de nueve institutos distintos en un solo edificio. Las instalaciones se planificaron estratégicamente para ofrecer el ambiente más flexible y colaborativo posible para los científicos de los Institutos Nacionales de Salud que trabajan en pro del objetivo común de comprender el cerebro y los sistemas nerviosos en general.

El diseño de las instalaciones se compone de seis módulos, o “vainas”, de laboratorio cuadrados de 36,9 metros, dispuestos en un plano en cuadrícula de nueve cuadrados. Los módulos, que son aproximadamente cúbicos, rodean un séptimo módulo central que forma un atrio transparente. Este atrio con luz natural se presenta como el nexo colaborativo de las instalaciones, un entorno acogedor de cristal y acero situado bajo de un techo facetado, apoyado parcialmente sobre la torre central de ascensores. Rodeado en tres de sus lados por laboratorios, el amplio espacio alberga la entrada principal del edificio, salas de reunión y una cafetería. El atrio sirve como espacio central de circulación y punto de atracción dentro del complejo, fomentando a su vez encuentros casuales y espontáneos entre los científicos.

Los módulos de laboratorio son flexibles y abiertos, y están cubiertos por pisos mecánicos intersticiales que permiten convertirlos fácilmente en oficinas o laboratorios. Alrededor del perímetro de cada módulo se disponen núcleos de circulación vertical y huecos mecánicos, y los corredores de circulación se mantienen entre módulos para maximizar la comunicación entre laboratorios y mantener su plan abierto. El cerramiento dentado del edificio, un muro cortina compuesto de tres capas horizontales de cristal inclinadas hacia el cielo por piso, proporciona sombra a gran parte de la superficie del edificio y, de este modo, reduce el incremento de calor para los sistemas mecánicos y de ventilación, al tiempo que maximiza la iluminación natural y las vistas al exterior. Bajo el nivel del suelo se encuentran los espacios de carga.

El proyecto se dividió en dos etapas: en la etapa I, se construyeron los tres módulos más occidentales. La etapa II del diseño quedó sin construir.