Concurso para el World Trade Center, World Cultural Center

Después de un mes desarrollando simultáneamente tres alternativas—cada una de las cuales proponía un enfoque diferente del espacio público, cultural y comercial— en colaboración con el equipo THINK, el proyecto final de Viñoly para el World Cultural Center maximizó la inversión pública.

En octubre de 2002, debido a la destrucción del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, la Lower Manhattan Development Corporation (LMDC) dio inicio al Innovative Design Study, un concurso para la concepción de un plan director que propusiera alternativas para la reconstrucción del emplazamiento en la Zona Cero. El equipo de diseño conocido como THINK, liderado por los arquitectos Rafael Viñoly, el difunto Frederic Schwartz, Shigeru Ban y el arquitecto paisajista Ken Smith, propuso varios planes antes de decidir y finalizar el World Cultural Center, mediante el cual se transforma la imagen del World Trade Center pasando del comercio y el capitalismo al recurso civil y el monumento público.

Elevándose alrededor y por encima del espacio que ocupaban las torres uno y dos del World Trade Center, las dos torres de celosía abierta reconstruyen de inmediato el emblemático horizonte de la ciudad y crean una infraestructura vertical que alberga un monumento y un centro cultural. De manera significativa, el plano sitúa los usos cívicos en el centro del complejo, concibiendo las instalaciones públicas y culturales —y no los espacios de oficinas— como el catalizador principal de la revitalización de la zona afectada. Los dos miradores situados en la parte superior de las torres aseguran que los puntos más altos sigan siendo accesibles al público, lo cual es raro en los rascacielos. Elevados a 40 pisos sobre el nivel de la calle, se encuentran un centro de artes escénicas y un museo conmemorativo, manteniendo su importancia dentro del plan. Las torres son eficientes desde el punto de vista energético también: las turbinas eólicas ubicadas en los niveles superiores proporcionan energía eléctrica al museo y los miradores.

A nivel de calle, el plan director restaura la red vial que interrumpía el World Trade Center original. Con un gran parque público, comercios e instalaciones culturales a nivel de la calle, además de explanadas conmemorativas subterráneas en el emplazamiento de las torres originales, el paisaje urbano se ve animado para hacer de este lugar un destino abierto las 24 horas. En las manzanas de la ciudad, recientemente recreadas, se disponen edificios de oficinas comerciales, así como un nuevo núcleo de transporte y un centro comercial; situados alrededor del perímetro del plan, respetan el nuevo espacio público que simbolizará e impulsará la renovación de Lower Manhattan.